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Lois, fundador de Less Plastic Club, con tabla y botella, en la Zurriola. / JOSE USOZ

Un neerlandés oriundo de la ciudad de Tilburg(o), en la Brabante septentrional, sentado en la terraza de la Tahona sita en la esquina de San Francisco peatonal con la Segundo Izpizua de los talleres, los garajes, los lavaderos, los bares y salones de tatuaje. En la mesa de al lado, un cineasta con Goya, Pablo Malo. En la pared, una tabla de surf y una mochila llena de botellas rellenables hechas con bioplásticos, de inventos para sujetar la tabla al tobillo fabricados con cinturones de seguridad desechados y neoprenos viejos.

– Creo que nunca había hablado con alguien que practique o haya practicado esquí acuático, algo que solo veíamos en las películas en Technicolor. Y nunca pensé que el primer esquiador acuático que conociera iba a ser de Tilburgo, estuviera enamorado de una vasca y fuera fundador del Less Plastic Club.

– Pues aquí me tienes. Desayuno en la Tahona con mi chica, tengo la oficina del club en Segundo Izpizua y el almacén de las marcas que distribuyo y comercializo (Happy Soaps, Nomads, Rioot Bottles...) en Astigarraga. Nunca lejos de la Zurriola, del Groseko Indarra. O de la surfista a la que esponsorizamos, Laine Fernández. 14 años. Y compitiendo en Opens con surfistas más mayores. Un crecimiento imparable. Como surfer, como ser humano, como luchadora por un planeta mejor. Sus padres surfean. Y en su casa se siente una serenidad contagiosa. En cuanto al esquí...

– Mi padre lo practicaba. El acuático. En mi casa se reunían otros tantos esquiadores y yo siempre acababa a hombros de alguno, sobre las aguas. Al crecer competí con el equipo nacional. Hay tres modalidades, slalom, saltos, figuras. Luego me pasé al wakeboard...

– ¿Te deslizabas sobre el agua en una tabla arrastrada mediante una cuerda por una lancha, moto acuática o sistema de poleas? El wakeboard parece el interesante antepasado del kite surf.

– Más o menos. En verdad amaba el mar y los deportes acuáticos. Hace 17 años unos amigos y yo vinimos a surfear al Cantábrico, al Golfo de Vizcaya. Pasamos por Donostia y pensé, ¡guau!, yo quiero vivir aquí algún día. Conocía allá, en los Países Bajos, a una chica de aquí. Me enamoré. Ella no. Se volvió. Le envié diez rosas. Me aceptó y aquí me tienes. Solemos desayunar en la Tahona. No me dirás que el desayuno no es la mejor comida del día.

– Total. ¿Quedamos ya para el 24? ¿En el muro de Sagüés? ¿Con guantes y bolsas de basura?

– Exacto. Permaneced atentos a nuestras redes y canales (Less Plastic Club (@lpc_donosti, por ejemplo) para recibir información. Será una limpieza de rocas en colaboración con, lógico, Surfrider Foundation cuyos representantes más cercanos están ahí mismo, en el hub de Tabakalera.

– He escrito 'limpieza de rocas'. ¿No tendría que haber puesto 'del mar', 'de la orilla', 'la playa?

– Limpiaremos todo lo que podamos: costa, arena, malecón... Pero si hago fuerza en lo de las rocas es porque vergüenza debería darles a algunos y algunas toda la basura que dejan entre las rocas cuando se ponen a ver, muy romántico y muy hermoso, la puesta de sol en el mítico muro. O cuando hacen botellón. O cuando, simplemente, echan la tarde con una birra y un bocata. No todos, no todas, pero bastantes tiran la lata entre las peñas. O los restos de los pastelillos. No solo ensucian las rocas; es que llegarán las olas y arrastrarán todo eso mar adentro. ¿Sabes cuándo me di cuenta yo de que debíamos hacer cualquier cosa para salvar los océanos y de paso, a nosotros?

– Podría hasta imaginármelo pero cuéntalo tú.

– El día que iba remando hacia mi ola y de pronto vi que uno de mis brazos estaba atrapado por una bolsa de basura. ¿Sabías que el 90% de los seres vivos del planeta habita en los mares?

– Ajá y que solo el 10% restante lo hacemos en tierra firme.

– En ese 10% terrestre los humanos solo representamos un 3%. Suponiendo, y acaso sea mucho suponer, que menos de un 1% esté ya concienciado o en proceso de, ¿cómo es posible que un 2,5% de los seres vivos del planeta le esté haciendo la vida casi imposible al 98% restante sin darse cuenta de que, por ejemplo, los microplásticos que expelen sus botellas pet y que acaban en el interior de los peces ya se han localizado en nuestros pulmones y narices? En realidad, nuestra mier... vuelve así a nosotros.

– Se llama 'efecto boomerang'. O 'donde las dan, las toman'.

– Si quieres otro refrán, apréndete este que te traduzco literalmente del neerlandés: 'No pases la fregona con el grifo abierto'.

– Contundente. Supongo que significa que hay que actuar. Con alternativas. Concienciando...

– Algo así. Aparte del hecho de que también existe la escena del surfer chulo/inflencer solo de Instagram, que posa con botellas pep de tapón hdpe (son dos tipos de plástico distintos, y si no los separas, el reciclaje es imposible), es cierto que amamos el mar pero en el local nos enjabonamos con geles llenos de productos químicos. Hay que ofrecer, cierto. Alternativas. Pero no pueden ser más caras que los productos habituales. Y si lo son, deben durar más, ser reutilizables, cundir más. Menos plástico, más futuro.